Si hay algo que caracteriza la obra de Ramón Vázquez Molezún es la creatividad, el riesgo, la emoción. Su obra, vital y optimista, fue innovadora y absolutamente personal, y el origen de todo ello habría que buscarlo en algo tan prosaico como una moto. Siendo pensionado en Roma a principios de los años 50, Molezún adquiere una Lambretta C125 que transforma y adapta completamente hasta apropiarse de ella y convertirla en una verdadera casa a cuestas y perfecta compañera en su viaje por Europa. Un vehículo que le permitió una movilidad e independencia reflejos de su inquieto carácter vitalista y artístico en formación, convirtiéndose en un objeto imprescindible, lleno de significados, que Molezún fotografió insistentemente junto a los hermosos paisajes y edificios que visitó durante los más de 100.000 km recorridos en este gran viaje. La moto se desvela en Molezún como mucho más que un rápido y barato medio de transporte; se descubre como campo de prácticas y transformaciones del futuro arquitecto.
Mente y manos unidas en el trabajo; simbiosis de arquitecto y artesano. Un viaje de vida que empieza en tierra sobre una moto en Roma y acaba sobre un barco, su dorna, en el mar de Bueu.
La moto de Molezún
Registro fotográfico de la Lambretta C125 durante el viaje europeo de un pensionado en Roma
Autor (es) del articulo
Enrique Colomés Montañés
Carlos Martín Muñoz
Resumen
Tópicos Investigación
Cita
- 2020
- 14
- 70-77
- 2340-9711
- La moto de Molezún
- noviembre 2020
- Colomés Montañés, E., y Martín Muñoz, C.
- Colomés Montañés, Enrique y Carlos Martín Muñoz
- Colomés Montañés, E., y Martín Muñoz, C.
- COLOMÉS MONTAÑÉS, E., y MARTÍN MUÑOZ, C.
- Colomés Montañés, Enrique y Carlos Martín Muñoz
Publicado en
- rita_14
- noviembre 2020
- págs 70-77