Metáforas obsesivas e ideogramas

[las marcas del surrealismo en el discurso de Le Corbusier]

Autor (es) del articulo
Luis Rojo de Castro

Resumen

Para los surrealistas, la manifestación de los aspectos sublimes de la realidad requiere la presencia simultánea del paradigma y de su deformación, de su forma estable y su fractura. Sea este paradigma el lenguaje –garante de la coherencia semántica por medio de la estructura sintáctica–, el marco –el mecanismo para diferenciar la realidad de su representación– o la estructura anatómica –sobre cuya apariencia se sustenta la naturalidad orgánica o, al menos, se representación.

En una improbable aunque innegable coincidencia con el surrealismo, Le Corbusier aprovecha los conflictos latentes para construir un discurso más ambicioso que el de la razón, superponiendo estrategias e instrumentos contrapuestos. Y la sensibilidad surrealista que invade la experiencia de París en los años de la posguerra le ofrece los recursos para integrar el conflicto en el discurso de la arquitectura como conexiones improbables e imprevistas entre “realidades más o menos lejanas”.

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